Durante el último año, he descubierto que utilizo GPT de maneras que nunca imaginé. Lo que comenzó como una herramienta para optimizar mi flujo de trabajo y ahorrar tiempo se ha convertido en una parte esencial de todo lo que hago, desde la creación de campañas y textos de marketing hasta la generación de ideas que no se me habrían ocurrido por mi cuenta.

Y resulta que no estoy solo. Una encuesta reciente de LinkedIn mostró que GPT se clasificó como la mejor herramienta por un amplio margen.

Pero cuanto más uso GPT, más me doy cuenta de que la verdadera magia no está sólo en darle indicaciones genéricas, sino en darle forma para convertirlo en una herramienta que se ajuste exactamente a lo que necesito: modelos personalizados para tareas específicas, técnicas avanzadas de edición y reescritura, formas de integrarlo en flujos de trabajo creativos e incluso convertirlo en una fábrica para generar indicaciones para otras herramientas de IA.

Entonces, le pedí a GPT que enumerara las diferentes formas en que lo uso, y esto es lo que se le ocurrió (se puede decir que es GPT porque usó emojis con demasiado entusiasmo):

  • Mejorar los flujos de trabajo creativos: escribir guiones, historias, campañas y proyectos ridículos que comienzan como bromas y terminan como resultados reales.

  • Lluvia de ideas conversacional: no se trata solo de escribir comandos, sino de hablar con GPT como un colega, obtener sugerencias, refinar ideas y crear flujos de trabajo que se sientan más naturales.

  • Creación de GPT personalizados para tareas específicas: no tengo paciencia para escribir lo mismo una y otra vez, así que creo GPT que completan boletines, corrigen, reescriben texto con el tono de la marca y ajustan automáticamente el contenido según sea necesario.

  • Edición de texto inteligente con Canvas: tome borradores desordenados y reestructúrelos para mejorar la claridad, corregir el flujo y garantizar que el mensaje llegue sin ruido innecesario.

  • Uso de diferentes modelos GPT según la tarea: a veces, el estándar 4.0 es suficiente. Otras veces, necesito algo más sofisticado, ya sea para generar ideas rápidamente, realizar una edición profunda o crear un estilo distintivo.

  • Crear campañas impulsadas por IA: no solo anuncios con un texto atractivo, sino también encontrar formas de integrar la IA en el proceso creativo en sí: modelos que generen indicaciones, herramientas que produzcan contenido con la voz de una marca y proyectos que impulsen la creatividad impulsada por IA.

  • Refinar el flujo de texto largo: tomar un texto sin formato y hacerlo legible, claro y bien estructurado sin perder su carácter original.

  • Trabajar con proyectos GPT: porque a veces una idea no cabe en 3000 caracteres y necesito una forma de gestionar contenido iterativo y evolutivo a lo largo del tiempo.

  • Extraer contenido de materiales existentes: convertir un documento en una serie de publicaciones, un artículo en una publicación de LinkedIn o reutilizar una conversación antigua en lugar de empezar desde cero.

  • Convertir GPT en una fábrica de indicaciones: diseñar sistemas que generen indicaciones automatizadas para edición de video, diseño, producción de voces en off y cualquier otra cosa con la que me apetezca experimentar.

  • Adaptación de un único mensaje a múltiples formatos: ¿tiene un mensaje de marketing o una idea creativa? No lo reescribo para cada plataforma; dejo que GPT se encargue de eso.

  • Ajustar GPT para que se adapte a mi estilo de escritura: si voy a usar IA, al menos debería escribir como yo lo hago. Modelos personalizados que se adapten a mi tono, no al revés (como, por ejemplo, esta publicación).

En las próximas semanas, profundizaré en cada uno de estos temas en publicaciones separadas. ¿Cuál te interesa más?

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