Marketing de bienestar con IA: por qué los datos por sí solos no cambiarán el comportamiento

He trabajado durante años con marcas de bienestar, tratando de descubrir cómo conectar realmente con nuestra audiencia. Y si hay algo que he aprendido, es esto: las personas no necesitan más datos, necesitan la conversación adecuada en el momento adecuado.
Déjame explicarte.
El otro día, mi aplicación de fitness me envió una notificación:
"Hoy no hagas HIIT. Solo dormiste cinco horas. Prueba con yoga".
Tenía razón. Apenas había dormido, pero aun así tenía pensado seguir adelante. Mi IA vio el patrón que estaba ignorando.
Y esa es la lección clave para los vendedores de bienestar: no solo vendemos planes de acondicionamiento físico, aplicaciones de meditación o programas de nutrición. Vendemos cambios de comportamiento.
Durante años, hemos confiado en el seguimiento y la personalización , ofreciendo a los usuarios sus propios paneles de control, gráficos de progreso y registros de hábitos. Pero esta es la verdad:
📌 Los datos no impulsan el cambio: la conversación sí.
📌 La personalización no se trata de mostrar a las personas sus hábitos, se trata de ayudarlas a actuar en consecuencia.
📌 La mejor IA no solo es inteligente: es intuitiva.
Piénselo: ignoramos las notificaciones genéricas, pero escuchamos un empujoncito oportuno de alguien que nos entiende. La IA tiene el poder de ser esa voz, pero solo si la diseñamos correctamente.
Entonces, ¿cómo podemos ir más allá de los cúmulos de datos y avanzar hacia un compromiso real?
1️⃣ Hacer que la IA se sienta como un guía, no como un rastreador.
En lugar de inundar a los usuarios con métricas, hábleles como si fuera un entrenador personal. La IA debería recomendar, ajustar y brindar apoyo , no solo informar.
2️⃣ El tiempo lo es todo.
Una notificación push en el momento equivocado es spam. Un mensaje en el momento justo puede cambiar las reglas del juego. La IA puede detectar cuándo los usuarios necesitan ayuda y comunicarse con ellos cuando están más receptivos.
3️⃣ Conversación > Comandos.
En lugar de decirles a los usuarios qué hacer, invítelos a un diálogo. La IA debería ser un amigo inteligente , no un guion automatizado.
Un gran ejemplo de bienestar impulsado por IA bien hecho es Oura Ring. Esta plataforma se destaca porque transforma datos biométricos complejos en información procesable. En lugar de abrumar a los usuarios con datos y números, ofrece recomendaciones personalizadas sobre el horario de sueño, los niveles de actividad y las necesidades de recuperación en función de su puntuación de preparación y comportamientos anteriores.
Por otro lado, muchas aplicaciones de fitness tradicionales como MyFitnessPal son un ejemplo de que la IA no funciona bien. Si bien recopilan una gran cantidad de datos sobre calorías y ejercicio, tienen dificultades para interpretarlos de manera significativa e intervenir a tiempo, lo que hace que parezcan más un recordatorio automático que una conversación real.
El futuro del bienestar no es más inteligencia artificial, sino una mejor inteligencia artificial, una inteligencia artificial que entienda cuándo hablar, qué decir y cómo hacer que las personas se sientan apoyadas, no solo monitoreadas.
Como especialistas en marketing, nuestro trabajo no consiste únicamente en vender un producto, sino en ayudar a las personas a cambiar sus vidas. La IA puede desempeñar un papel fundamental en ese sentido, pero solo si la diseñamos para conectar, no solo para computar.
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